Cada vez es mayor el número de personas que conocen la importancia de hacer ejercicio con moderación, de ingerir una dieta equilibrada e incluso de tomar complementos nutricionales naturales. Hay personas que opinan que con una dieta equilibrada no hace falta tomar suplementos nutricionales. Pero la realidad es que hoy en día, estamos sobrealimentados pero desnutridos, y aunque tengamos mucho cuidado con lo que comemos, la mayoría de los alimentos que ingerimos no nos aportan los nutrientes que requerimos para estar bioquímicamente equilibrados.
Un régimen equilibrado no es forzosamente suficiente en nuestros días y cada vez más estudios científicos avalan los beneficios de una suplementación a la dieta con el fin de prevenir enfermedades e incluso tratarlas.
Nutrición de mantenimiento. Nutrición óptima
Los científicos aseguran que los males más importantes que afectan a la sociedad occidental están relacionados con la dieta (por ejemplo: patologías cardiovasculares, alteraciones metabólicas, cáncer, etc.). La promoción y protección de la salud comprende muchas tareas, pero una de las más importantes es la de realizar una nutrición correcta a través de una buena alimentación. Como la alimentación es en esencia modificable, su mejora o su corrección tendrán una gran eficacia en el cuidado de la salud y en la prevención de la enfermedad.
El concepto de nutrición está cambiando. Ya no se habla de una alimentación adecuada, sino óptima. Se pretende desarrollar el potencial de los alimentos como promotores del bienestar físico y mental, incluso como agentes que participan en la prevención y en la reducción del riesgo de contraer enfermedades. Y en este caso hablaríamos de alimentos curativos.
La carencia en el ámbito celular de uno o varios de los principios nutricionales es causa fundamental de las debilidades de nuestro organismo y del desarrollo de diversas enfermedades. Por lo tanto, para el tratamiento de las enfermedades es necesario un aporte óptimo de nutrientes (minerales, oligoelementos, vitaminas, aminoácidos, ácidos grasos, fitonutrientes, etc.), en el ámbito celular. Si cada célula de nuestro organismo recibe los elementos nutritivos óptimos para su funcionamiento, el medio interno pasa a estar en condiciones óptimas para resistir la aparición de las más diversas enfermedades.
Por lo tanto, la nutrición moderna debe girar alrededor de dos conceptos fundamentales: el carácter individual y diferente de los seres humanos, y la actuación armónica de los nutrientes, similar a la de una orquesta. En tanto no asumamos esto, la nutrición académica moderna seguirá yendo a la deriva, absolutamente alejada de lo que realmente le sucede a la gente, y las enfermedades alérgicas, crónicas, degenerativas, autoinmunes y el cáncer continuarán aumentando.
Tomemos el ejemplo de las vitaminas. Es sabido que las carencias de algunas vitaminas son causa de enfermedades muy graves: el escorbuto por carencia de vitamina C (enfermedad que sufrían muchos marineros en la antigüedad), el beriberi por falta de vitamina B1 (tiamina), la pelagra por déficit de vitamina B3 (niacinamida), etc. Cuando estas vitaminas fueron descubiertas, se definió la dosis mínima indispensable que es necesario absorber para vivir. Pasadas varias décadas, hay quienes siguen razonando en esos términos, pero en realidad nuestro organismo necesita una cantidad óptima y no mínima para mantenernos en perfecta salud.
Las vitaminas no sólo intervienen para evitar la aparición de tal o cual enfermedad, sino que también están implicadas en variadas funciones en cada una de nuestras células y son indispensables para el funcionamiento de la totalidad de nuestro metabolismo. Así la absorción de dosis mínimas evita que seamos víctimas del escorbuto o del beriberi, pero de ninguna manera puede aportar al organismo la condición de salud óptima y menos aún la posibilidad de luchar contra otras enfermedades que no sean las propiamente carenciales.
Cuando se dice que la alimentación media moderna proporciona vitaminas suficientes, se está hablando de esta cantidad mínima, y es cierto que el escorbuto y el beriberi han desaparecido en las sociedades occidentales, pero distamos mucho de haber alcanzado una sociedad con una salud óptima. La suplementación natural es, por tanto, una punta de lanza contra las enfermedades, aportando a las células los nutrientes que necesitan y que la naturaleza proporciona.
Una nutrición óptima frente a una nutrición de mantenimiento, simplemente para sobrevivir, será el debate en un futuro cercano.
La nutrición óptima ofrece un programa para cada una de las siguientes categorías de individuos:
- Personas que están muy sanas y a las que les gustaría aumentar las probabilidades de mantener una buena salud el resto de su vida.
- Personas que tienen que modificar sus pautas de vida y de alimentación con el fin de conseguir un mejor estado de salud.
- Personas que están en el umbral de una enfermedad grave de carácter físico o psíquico.
Los individuos pertenecientes a la tercera categoría tienen que ceñirse a las pautas de la nutrición óptima como si fuese un tratamiento. A los individuos de la primera y la segunda categoría será bueno que sigan una nutrición óptima a nivel preventivo y de mantenimiento.
Dr. Joan Guxens